jueves, 26 de mayo de 2011

La mentira es tan vieja como el diablo, mentir nos asemeja al maitro (1) ese, lo queramos o no. Su expresión puede tornarse de coloquial y simple a rimbombante y convincente, así es Satanás.

Sé que no les gusta que escriba de él, hasta me han acusado de ser sacerdote suyo, pero no lo soy. Soy un creyente, un cristiano. Simple pero honesto, tratando de parecerme más a Jesús y menos a este personaje, que a veces retocamos en nuestro ideario religioso, para que aparente ser una caricatura graciosa, tan inofensiva como "La pequeña Lulú". Pero su influencia ha dañado el alma de muchos, durante cientos de años.

Había tratado de comprender cómo fue que Adán y Eva cayeron en aquel día, pero quién no: “No le hagan caso a Dios, lo que pasa es que a él le gusta llevarse todos los aplausos, no quiere compartir su gloria con nadie. Pero ustedes pueden, sólo hagan lo opuesto a lo que él manda y serán como dioses (Génesis 3)”, algo así les dijo, lo demás es historia conocida. Sin duda que tiene grandes habilidades comunicativas. Si tuviera una empresa de marketing, sería el mejor en el negocio. Sin embargo, él se quiere destacar en otro nivel, en un rubro que no tiene parangón con ningún otro, él quiere ser amo y señor del universo, como si hubiera creado todas las cosas.

Por momentos, el diablo me parece más humano que diablo. Y los humanos, más diablos que el mismo Satanás. Hablamos de fuego eterno y oscuridad, cuando en la oscuridad ya caminamos, y el fuego interno de nuestras motivaciones egoístas, termina consumiendo nuestra poca nobleza, caemos presos en nuestros sueños de poder, creyendo que perseguimos nuestras propias metas e ideales, sin darnos cuenta de que somos presas del maligno.

Egoísmo. Si hay palabra que define a nuestra sociedad es esa. Los países poderosos se tragan a los chicos en sistemas que paralizan la economía y anulan las libertades de los que no tienen la capacidad de participar en el juego de los petrodólares. Latinoamérica, codiciada tierra ancestral, sigue siendo la mina de la que extraen la riqueza, y se terminan llevando nuestros sueños. Díganme, ¿habrá intenciones más diabólicas que esas?

Pobreza, otro mal del siglo veintiuno. Heredado del siglo veinte, el cual heredó este del 19, etc., etc., etc., hasta llegar al engaño aquel que nos maldijo. La caída se le suele llamar, pero el hombre ha seguido cayendo, engañado y solitario. ¿Quién puede estar más engañado que aquel que no puede verse en su prójimo y amarlo? Pero no hay peor pobreza que la de quienes la causan y son indiferentes a la aflicción de quienes viven con menos de un dólar a diario.

Maldición. Pongámosle fin a esto. Este mundo tiene un solo maestro: Satanás. Y toda la humanidad seguirá siendo parte de este mismo concierto, si la iglesia, luz y sal de la tierra, no hace algo para contrarrestar los ataques maliciosos del diablo. Herederos de diversos errores antes cometidos, nos corresponde a nosotros ser parte de la solución. Armémonos de la verdad, la cual sigue siendo absoluta de generación en generación, para que pueda irradiar la gloria en nuestra vida. Esa que avarició el diablo, y que no pudo obtener, porque le pertenece a Dios y con ella cubre a sus hijos.

He hablado con algunos jóvenes que se quejan de haber heredado el pecado de Adán y Eva. Otros también se quejan de los errores de sus propios padres. Lo que no veo es que estén haciendo algo por los pecados que ellos están cometiendo, cuyas consecuencias alcanzarán a sus hijos.

Creo que ya llegó el momento de pensar en el mañana, con los lentes de la esperanza. Quizás a través de este puente llamado valor, con la antorcha humeante de la verdad, llegaremos hasta allá, en honor a los que nos precedieron bien y a los niños, quienes son más importantes que nosotros y administradores del porvenir. Y no dejemos que el diablo con su retórica nos engañe y aniquile los sueños de una generación más, como la de los niños hebreos asesinados en Egipto y en Belén. Esta vez será distinto. Amén.


En El Salvador: maitro: señor, hombre adulto.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Subscribe to RSS Feed Follow me on Twitter!